Hacer las cosas por obligación.
Convertirlas en castigos.
No buscar el lado positivo.
Quizás deberíamos aprender a disfrutar más y a odiar menos.
Dar oportunidades.
Abrir la mente.
Salir de nuestra zona de confort.
Quizás es eso lo que me pasó a mí.
Pasar de odiar el deporte a disfrutar de cada entrenamiento.
No concebir mi vida ahora sin esas horas de desconexión.
Solo mi cuerpo y yo.
Avanzando, entendiéndonos, creciendo.
Quizás las personas necesitamos conocer más nuestros cuerpos.
Hablar largo y tendido con ellos.
Escucharlos y respetarlos.
Entender qué sí, qué no y por qué.
Quizás el deporte no sea obligar.
Quizás sea entender y adaptar.
Quizás sea comprender que no todos podemos hacer lo mismo.
Pero que todos podemos tener una actividad física hecha para nosotros.
Quizás todo esto va de aprender a quererse.
Aprender a amar lo que hacemos.
Encontrar lo que sí y lo que no.
Entrenar respetando nuestro cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario