martes, 8 de octubre de 2019

Día 4: Refugio.

En tu pecho encontré la tregua de mi guerra,
un refugio en el que acurrucarme cuando mi alrededor tiembla.

El latir de tu corazón como banda sonora, 
la suavidad de tu piel y tus caricias como paracaídas.

Tú, mi refugio.
Tú, mi lugar en calma.
Tú, ese trocito de mundo en el que siento que todo está bien.

Es ahí donde yo me siento fuerte, 
donde me siento grande,
donde puedo dejarme ser sin miedo,
sin restricciones,
sin peros.

Tu pecho, tus caricias, tu mirada…
Ese susurro casi imperceptible que me recuerda lo que de verdad es importante.

Ese momento eterno,
irrepetible,
inmenso.

Tú y yo.
Nosotros.

Nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario