sábado, 12 de octubre de 2019

Día 8: Desconocidos.

Apareces en mis sueños a tu antojo, sin pedir permiso, sin avisar. 
Aprovechas un duermevela para llegar hasta a mí, y aunque me inquiete, no me molesta.
Jamás podría hacerlo.

Sé quien eres, claro que lo sé. 
He oído hablar tanto de ti… 
Mil y una batallas de aquellos tiempos en los que la brisa alborotaba tu pelo.
De esos años en los que ibas en moto, de esos días en los que pensabas que el mundo era tuyo.

Pero no te conozco, 
no más allá de unas cuantas fotos en las que se te ve feliz, 
abrazado a él con tu eterna sonrisa.

Puedo ponerte cara, pero no voz. 
No recuerdos. 
No momentos juntos.

Te fuiste antes de que yo llegase, 
y aun siendo completos desconocidos,
te apareces en mis sueños. 

Y aunque no te vea la cara y no escuche tu voz, 
sé que eres tú. 
No sé cómo, pero lo sé.

Y sin ver tu mirada, 
sin que me digas nada, 
sé lo quieres decirme.

No podría ser otra cosa.
E incluso dormida te prometo que lo intentaré.
 No te preocupes,
cuidaré de él.



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